Es el arquetipo del Padre Celestial, de la condición masculina, el yang, el animus. Anuncia los cuatro elementos: fuego, agua, aire y tierra que constituyen al mundo y al ser humano.
Porque une cielo y tierra se lo relaciona con la salud, en cuanto a unión y armonía con el Todo.
Representa la voluntad y la decisión; la acción dirigida claramente y sin titubeos hacia una finalidad, con serenidad, autoconfianza, inteligencia y astucia. Trasmite el impulso celestial, el que da significado y propósito a la vida. Es la chispa divina en el ser humano.
- Relación astrológica:
Mercurio.
- Letra hebrea:
Beth