El Sol, fuente inagotable de luz y de vida, nos remite al aspecto “diurno” del ser humano: la energía vital, positiva, la felicidad, la alegría, la plenitud.
Es autoconocimiento, aceptación de uno mismo y confianza en sí, lo que genera gran calidez y carisma que se traducen en logros y triunfos. Puesto que no necesita probar nada, puede tanto brillar en el centro como retirarse. Simboliza la generosidad de brindarse incondicionalmente, sin esperar nada a cambio.
El Sol alude también a la luz de todo nacimiento.
- Relación astrológica:
Sol
- Letra hebrea:
Resh