Este Arcano nos confronta con el destino y su eterno cambio; nos recuerda que todo es impermanente, que la vida es evolución con altibajos dentro de la ley de polaridades y compensaciones.
La Rueda gira lenta y constantemente; apenas se desvanece una situación, aparece en el horizonte algo nuevo. Está en nosotros vivir los inevitables cambios con temor o frustración o como posibilidad de potenciarnos y crecer, dando la bienvenida a los nuevos desafíos.
El convencimiento de la existencia de un plan mayor nos ayuda a estar más centrados y mantener serenidad: cuanto más instalados en la exterioridad estemos, más nos sacude el movimiento de la Rueda.
- Relación astrológica:
Jupiter
- Letra hebrea:
Kaph